En la cadena de suministro el riesgo se define como la incertidumbre (probabilidad que suceda) que determinados sucesos generalmente afecten negativamente el cumplimiento previsto de la operación de una compañía. Por lo tanto, nuestra gestión del riesgo trata identificar y cuantificar las potenciales disrupciones para reducir su impacto en nuestra operación, y en tal sentido en R&M nos esforzamos en poder gestionar el riesgo diseñando planes de contingencia que mitiguen en mayor o menor medida los potenciales riesgos a los que nos podamos enfrentar y nos permitan garantizar la continuidad de la operación.
Para enfrentar y estar competentemente preparados ante una situación de riesgo hemos establecido las siguientes fases a partir del tipo de operación atendida ya sea en términos de gestión de almacén o transporte y distribución:
- Identificar los potenciales riesgos que pueden suceder
- Valorar y clasificar el riesgo
- Desarrollar un plan de respuesta adecuado
- Ejecutar el plan de respuesta si fuese necesario
Procedemos y asignamos un Risk-Rating a cada riesgo a partir de su probabilidad y su impacto, identificando cuantitativamente su impacto y estableciendo las correspondientes acciones preventivas y correctivas.
Nuestras acciones preventivas son nuestra respuesta proactiva ante riesgos con un alto Risk-Rating ya que nos enfocamos por enfrentarlos y no esperar a recurrir a respuestas urgentes; no obstante por su naturaleza existen riesgos que no se pueden atender por acciones preventivas y en tal sentido estos deben ser atendidos por respuestas prediseñadas para minimizarlo una vez el riesgo se ha producido; este tipo de riesgos aunque impredecibles los intentamos monitorear constantemente para reducir su impacto y así poder dar continuidad a nuestra operación.